viernes, 30 de septiembre de 2016

Tratamiento y prevencion de los desórdenes alimenticios




Tratamiento de los desórdenes alimenticios




El tratamiento de estos trastornos se centra en ayudar a los niños a abordar sus problemas relacionados con la conducta alimentaria y a establecer nuevos patrones de pensamiento sobre la comida y la forma de relacionarse con ella. Esto puede implicar la supervisión médica, el asesoramiento dietético y la terapia. Los distintos profesionales tratarán aspectos relacionados con la percepción que tiene el niño sobre el volumen y la forma de su cuerpo, la conducta de comer y los alimentos.
Los niños que presentan graves problemas de desnutrición es posible que deban ser hospitalizados y que necesiten recibir cuidados médicos adicionales después de que su estado de salud se estabilice.
Por lo tanto, cuanto antes se haga la intervención (a ser posible, antes de que se llegue a la desnutrición o de que se establezca un ciclo continuo de atracones y purgas), más breve será el tratamiento necesario.





Prevención de los desórdenes alimenticios



Usted puede desempeñar un papel fundamental para que su hijo desarrolle una actitud sana ante la comida y la alimentación. Su propia imagen corporal puede influir sobre la de su hijo. Si usted dice constantemente "estoy gordo", se queja de no hacer suficiente ejercicio y practica "dietas yo-yo", que le llevan a perder y ganar peso de forma repetida, es posible que su hijo crea que tener una imagen corporal distorsionada es algo normal y aceptable.



En una época en la que existe una gran preocupación social por la obesidad, puede ser complicado para los padres hablar con sus hijos sobre los hábitos alimentarios. Es mejor centrarse en lo que es saludable en vez de en el peso. Asegúrese de que su hijo sabe que usted lo quiere por quien es, no por su aspecto.
Intente evitar las discusiones relacionadas con la comida; si su hijo quiere "hacerse vegetariano", apóyelo, aunque usted sea un ávido comedor de carne. Es normal que los adolescentes pasen etapas donde se vuelven caprichosos con la comida, de modo que intente establecer límites claros, fomente hábitos alimentarios saludables y evite las peleas sobre temas relacionados con la comida. Cuando un padre se pone nervioso porque se entera de que su hijo se ha saltado una comida, este último lo captará enseguida. Intente relativizar las cosas y hable con su hijo sobre por qué no quiere comer con el resto de la familia.


Además de esto hay muchas más alternativas para la prevención de un desorden alimenticio.

martes, 27 de septiembre de 2016

Efectos de los desórdenes alimenticios y Si sospecha que su hijo padece un desórden alimenticio



Efectos de los desórdenes alimenticios
Principalmente el desorden alimenticio puede ser resultados de graves problemas de salud mental y de conducta, así como de trauma (como abuso sexual), también es cierto que puede dar lugar a graves problemas de salud estrictamente física. La anorexia y la bulimia pueden provocar deshidratación y otras complicaciones médicas, como los problemas cardíacos y la insuficiencia renal. En casos extremos, los desórdenes alimenticios pueden conducir a malnutrición grave e incluso a la muerte.
Cuando una persona padece anorexia, su cuerpo entra en un estado de inanición y esta falta de nutrientes puede afectar al organismo de muchas formas diferentes:
·         descenso de la tensión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria
·         pérdida de pelo y rotura de uñas
·         desaparición de la menstruación
·         crecimiento de lanugo, un vello fino que puede crecer sobre toda la piel del cuerpo
·         mareo e incapacidad para concentrarse
·         anemia
·         inflamación articular
·         fragilidad ósea
Cuando una persona padece bulimia, los vómitos constantes y la falta de nutrientes pueden provocar:
·         dolor abdominal permanente
·         lesiones en el estómago y los riñones
·         caries dental (por la exposición de los dientes al ácido del jugo gástrico)
·         hinchazón de mejillas, debido a que las glándulas salivales se dilatan de forma permanente por el hecho de vomitar tan a menudo
·         desaparición de la menstruación
·         pérdida de potasio (esto puede contribuir al desarrollo de problemas cardíacos e incluso a la muerte)





Si sospecha que su hijo padece un desórden alimenticio




Si sospecha que su hijo o hija padece un trastorno del apetito, es importante que intervenga y le ayude a fin de que lo puedan diagnosticar y tratar correctamente.
Los niños que presentan este tipo de trastornos suelen reaccionar a la defensiva y se suelen enfadar cuando se le habla sobre el tema por primera vez.
A muchos les cuesta admitir, incluso ante sí mismos, que tienen un problema. A veces el hecho de tener un amigo o un familiar que haya recibido tratamiento por padecer un desórden alimenticio les anima a dejarse ayudar. 

El miedo a estar gordo o a tener sobrepeso es el problema central de toda persona afectada por un desórden alimenticio.
Intentar ayudar a alguien que cree que no necesita ayuda puede ser muy difícil. De todos modos, es fundamental que, por mucho que su hijo se resista, usted se encargue de proporcionarle la ayuda profesional que necesita. Reclute a amigos y parientes a quienes sabe que su hijo aprecia y en quienes confía para que colaboren en el proceso.





Su hijo es posible que se muestre más receptivo y más abierto al diálogo si usted se centra en lo que le preocupa y utiliza frases en primera persona (yo) en vez de en segunda persona (tú). Por ejemplo, evite frases como "tienes un desórden alimenticio" o "estás demasiado delgado", que solo pueden provocar enfado y negación. En lugar de eso, pruebe con frases del tipo: "Me preocupa que hayas perdido tanto peso en tan poco tiempo". Cite cosas concretas que su hijo haya dicho o hecho que a usted le hayan preocupado y explíquele que usted necesita que lo vea un médico para tranquilizarse.
Si, aún así, encuentra resistencia por parte de su hijo, hable con su pediatra o con un profesional de la salud mental sobre otros posibles enfoques que los pueda ayudar.













Causas y Signos de alarma de los desórdenes alimenticios



Causas de los desórdenes alimenticios

Las causas de los desórdenes alimenticios no están del todo claras. De todos modos, se cree que en ellas participa una combinación de factores psicológicos, genéticos, sociales y familiares.
En los niños con trastorno del apetito suele existir una gran diferencia entre cómo se ven a sí mismos y cómo son en realidad. Las personas que padecen anorexia o bulimia suelen tener un inmenso miedo a engordar o a tener sobrepeso y se ven más gordas de lo que están. Además, algunos deportes y actividades, como cheerleading deportivos, la gimnasia, el ballet, el patinaje sobre hielo y la lucha, que enfatizan determinadas categorías de peso, pueden incrementar el riesgo de algunos niños y adolescentes a desarrollar desórdenes alimenticios.   
                   

También existe una incidencia cada vez mayor de otros tipos de problemas entre los niños y adolescentes afectados por un desórden alimenticio, como trastorno de ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo. A veces, los problemas que se viven en casa pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle comportamientos alimentarios problemáticos.
Algunos investigadores sugieren que las imágenes que aparecen en los medios de comunicación contribuyen a aumentar la incidencia de los desórdenes alimenticios. 

La mayoría de las mujeres famosas que aparecen en anuncios, películas, programas de televisión y actividades deportivas son muy delgadas, y esto puede conducir a que las niñas piensen que el ideal de belleza consiste en estar extremadamente delgada. Los niños también pueden tratar de imitar a un modelo ideal, reduciendo drástica mente lo que comen y haciendo ejercicio compulsiva mente para desarrollar masa muscular. Todo esto que dicen decir los investigadores es casi la realidad.

La preocupación por la alimentación está empezando alarmante mente a afectar a niñas de temprana edad. Las investigaciones muestran que el 42% de las niñas de primer a tercer curso de enseñanza primaria quieren estar delgadas y que el 81% de las niñas de 10 años temen estar gordas. De hecho, en la población infantil, la mayoría de los pacientes con desórdenes alimenticios empiezan a manifestar el trastorno entre los 11 y los 13 años.



Signos de alarma




Para un padre o familiar, puede ser un reto saber distinguir entre la preocupación por la propia imagen corporal normal en un niño y los signos de alarma de un desórden alimenticio.
A pesar de que en los niños y los adolescentes (sobre todo las chicas) abundan los complejos y la tendencia a compararse entre sí y a hablar sobre dietas, esto no significa necesariamente que padezcan un trastorno del apetito.
Una persona con anorexia podría:
  • adelgazar mucho, estar muy débil o demacrada
  • estar obsesionada con la comida y el control de peso
  • pesarse repetidamente
  • controlar atentamente la cantidad de alimento que ingiere
  • comer solo determinados alimentos, evitando algunos como los lácteos, la carne, el trigo, etc. (De todos modos, es evidente que las personas que son alérgicas a un alimento en concreto o que son vegetarianas evitan ingerir ciertos alimentos.)
  • hacer un ejercicio físico excesivo
  • sentirse gorda
  • evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
  • estar deprimida, aletargada (con falta de energía) y sentir mucho frío 

Una persona con bulimia podría tener:
  • sentirse muy infeliz con el volumen, la forma y el peso de su cuerpo
  •    inventar excusas para ir al baño inmediatamente después de las comidas
  • comer solo alimentos dietéticos o con bajo contenido en grasas (salvo en los atracones)
  • comprar de forma habitual laxantes, diuréticos o enemas
  • pasar la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio o intentando quemar calorías
  • evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
  • temer ganar peso





¿ Qué es un desorden alimenticio?


1. ¿Qué es un desorden alimenticio?
Los desórdenes alimenticios son muy comunes en una cultura obsesionada con la comida chatarra o rápida, dieta y la imagen corporal. La insatisfacción con el cuerpo y las dietas usualmente llevan a conductas alimenticias peligrosas y poco sanas. Algunas veces, estos patrones alimenticios pueden convertirse en desórdenes de la alimentación. Afortunadamente, actualmente ya hay más alerta acerca de este tipo de enfermedades. ¡Los desórdenes alimenticios se pueden tratar y tú puedes obtener ayuda!
Se puede ver cuando las actitudes de una persona hacia la comida y el peso, son tales que los sentimientos hacia el trabajo, escuela, relaciones, actividades diarias y emociones, son determinadas por lo que se ha o no se ha comido o por un número en la báscula (Siegel, Brisman y Weinshal, 1988).
Además los podemos definir como enfermedades psiquiátricas graves que ponen en riesgo la vida de la persona afectada o que esta en este problema. Un trastorno de la alimentación se caracteriza por anomalías en los hábitos alimenticios que pueden implicar tanto la ingesta de alimentos insuficiente o excesiva en detrimento de la salud física y emocional de un individuo.




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