lunes, 3 de octubre de 2016
viernes, 30 de septiembre de 2016
Tratamiento y prevencion de los desórdenes alimenticios
Tratamiento de los
desórdenes alimenticios
El tratamiento de estos
trastornos se centra en ayudar a los niños a abordar sus problemas relacionados
con la conducta alimentaria y a establecer nuevos patrones de pensamiento sobre
la comida y la forma de relacionarse con ella. Esto puede implicar la
supervisión médica, el asesoramiento dietético y la terapia. Los distintos
profesionales tratarán aspectos relacionados con la percepción que tiene el
niño sobre el volumen y la forma de su cuerpo, la conducta de comer y los
alimentos.
Los niños que presentan graves
problemas de desnutrición es posible que deban ser hospitalizados y que
necesiten recibir cuidados médicos adicionales después de que su estado de
salud se estabilice.Por lo tanto, cuanto antes se haga la intervención (a ser posible, antes de que se llegue a la desnutrición o de que se establezca un ciclo continuo de atracones y purgas), más breve será el tratamiento necesario.
Prevención de los
desórdenes alimenticios
Usted puede desempeñar un papel fundamental para que su hijo desarrolle una actitud sana ante la comida y la alimentación. Su propia imagen corporal puede influir sobre la de su hijo. Si usted dice constantemente "estoy gordo", se queja de no hacer suficiente ejercicio y practica "dietas yo-yo", que le llevan a perder y ganar peso de forma repetida, es posible que su hijo crea que tener una imagen corporal distorsionada es algo normal y aceptable.
En una época en la que existe
una gran preocupación social por la obesidad, puede ser complicado para los
padres hablar con sus hijos sobre los hábitos alimentarios. Es mejor centrarse
en lo que es saludable en vez de en el peso. Asegúrese de que su hijo sabe que
usted lo quiere por quien es, no por su aspecto.
Intente evitar las discusiones
relacionadas con la comida; si su hijo quiere "hacerse vegetariano",
apóyelo, aunque usted sea un ávido comedor de carne. Es normal que los
adolescentes pasen etapas donde se vuelven caprichosos con la comida, de modo
que intente establecer límites claros, fomente hábitos alimentarios saludables
y evite las peleas sobre temas relacionados con la comida. Cuando un padre se
pone nervioso porque se entera de que su hijo se ha saltado una comida, este
último lo captará enseguida. Intente relativizar las cosas y hable con su hijo
sobre por qué no quiere comer con el resto de la familia.martes, 27 de septiembre de 2016
Efectos de los desórdenes alimenticios y Si sospecha que su hijo padece un desórden alimenticio
Efectos de los
desórdenes alimenticios
Principalmente el desorden
alimenticio puede ser resultados de graves problemas de salud mental y de
conducta, así como de trauma (como abuso sexual), también es cierto que puede
dar lugar a graves problemas de salud estrictamente física. La anorexia y la bulimia
pueden provocar deshidratación y otras complicaciones médicas, como los
problemas cardíacos y la insuficiencia renal. En casos extremos, los desórdenes
alimenticios pueden conducir a malnutrición grave e incluso a la muerte.
Cuando una persona
padece anorexia, su cuerpo entra en un estado de inanición y esta falta de
nutrientes puede afectar al organismo de muchas formas diferentes:
·
descenso de la tensión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria
·
pérdida de pelo y rotura de uñas
·
desaparición de la menstruación
·
crecimiento de lanugo, un vello fino que puede crecer sobre toda la piel
del cuerpo
·
mareo e incapacidad para concentrarse
·
anemia
·
inflamación articular
·
fragilidad ósea
Cuando una persona
padece bulimia, los vómitos constantes y la falta de nutrientes pueden
provocar:
·
dolor abdominal permanente
·
lesiones en el estómago y los riñones
·
caries dental (por la exposición de los dientes al ácido del jugo gástrico)
·
hinchazón de mejillas, debido a que las glándulas salivales se dilatan de
forma permanente por el hecho de vomitar tan a menudo
·
desaparición de la menstruación
·
pérdida de potasio (esto puede contribuir al desarrollo de problemas
cardíacos e incluso a la muerte)
Si sospecha que su
hijo padece un desórden alimenticio
Los niños que presentan este tipo de trastornos suelen reaccionar a la defensiva y se suelen enfadar cuando se le habla sobre el tema por primera vez.
A muchos les cuesta admitir, incluso ante sí mismos, que tienen un problema. A veces el hecho de tener un amigo o un familiar que haya recibido tratamiento por padecer un desórden alimenticio les anima a dejarse ayudar.
El miedo a estar gordo o a tener sobrepeso es el problema central de toda persona afectada por un desórden alimenticio.
Intentar ayudar a alguien que cree que no necesita ayuda puede ser muy difícil. De todos modos, es fundamental que, por mucho que su hijo se resista, usted se encargue de proporcionarle la ayuda profesional que necesita. Reclute a amigos y parientes a quienes sabe que su hijo aprecia y en quienes confía para que colaboren en el proceso.
Su hijo es posible que se muestre más receptivo y más abierto al diálogo si usted se centra en lo que le preocupa y utiliza frases en primera persona (yo) en vez de en segunda persona (tú). Por ejemplo, evite frases como "tienes un desórden alimenticio" o "estás demasiado delgado", que solo pueden provocar enfado y negación. En lugar de eso, pruebe con frases del tipo: "Me preocupa que hayas perdido tanto peso en tan poco tiempo". Cite cosas concretas que su hijo haya dicho o hecho que a usted le hayan preocupado y explíquele que usted necesita que lo vea un médico para tranquilizarse.
Si, aún así, encuentra resistencia por parte de su hijo, hable con su pediatra o con un profesional de la salud mental sobre otros posibles enfoques que los pueda ayudar.
Causas y Signos de alarma de los desórdenes alimenticios
Causas de los desórdenes alimenticios
Las causas de
los desórdenes alimenticios no están del todo claras. De todos modos, se cree
que en ellas participa una combinación de factores psicológicos, genéticos,
sociales y familiares.
En los niños
con trastorno del apetito suele existir una gran diferencia entre cómo se ven a
sí mismos y cómo son en realidad. Las personas que padecen anorexia o bulimia
suelen tener un inmenso miedo a engordar o a tener sobrepeso y se ven más
gordas de lo que están. Además, algunos deportes y actividades, como
cheerleading deportivos, la gimnasia, el ballet, el patinaje sobre hielo y la
lucha, que enfatizan determinadas categorías de peso, pueden incrementar el
riesgo de algunos niños y adolescentes a desarrollar desórdenes alimenticios.
También existe
una incidencia cada vez mayor de otros tipos de problemas entre los niños y
adolescentes afectados por un desórden alimenticio, como trastorno de ansiedad
y el trastorno obsesivo compulsivo. A veces, los problemas que se viven en casa
pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle comportamientos
alimentarios problemáticos.
Algunos
investigadores sugieren que las imágenes que aparecen en los medios de
comunicación contribuyen a aumentar la incidencia de los desórdenes
alimenticios.
La mayoría de las mujeres famosas que aparecen en anuncios,
películas, programas de televisión y actividades deportivas son muy delgadas, y
esto puede conducir a que las niñas piensen que el ideal de belleza consiste en
estar extremadamente delgada. Los niños también pueden tratar de imitar a un
modelo ideal, reduciendo drástica mente lo que comen y haciendo ejercicio compulsiva mente para desarrollar masa muscular. Todo esto que dicen decir los
investigadores es casi la realidad.
La preocupación
por la alimentación está empezando alarmante mente a afectar a niñas de temprana
edad. Las investigaciones muestran que el 42% de las niñas de primer a tercer
curso de enseñanza primaria quieren estar delgadas y que el 81% de las niñas de
10 años temen estar gordas. De hecho, en la población infantil, la mayoría de
los pacientes con desórdenes alimenticios empiezan a manifestar el trastorno
entre los 11 y los 13 años.
Signos de alarma
Para un padre o familiar,
puede ser un reto saber distinguir entre la preocupación por la propia imagen
corporal normal en un niño y los signos de alarma de un desórden alimenticio.
A pesar de que en los niños y
los adolescentes (sobre todo las chicas) abundan los complejos y la tendencia a
compararse entre sí y a hablar sobre dietas, esto no significa necesariamente
que padezcan un trastorno del apetito.
Una persona con anorexia
podría:
- adelgazar mucho, estar muy débil o demacrada
- estar obsesionada con la comida y el control de peso
- pesarse repetidamente
- controlar atentamente la cantidad de alimento que ingiere
- comer solo determinados alimentos, evitando algunos como los lácteos, la carne, el trigo, etc. (De todos modos, es evidente que las personas que son alérgicas a un alimento en concreto o que son vegetarianas evitan ingerir ciertos alimentos.)
- hacer un ejercicio físico excesivo
- sentirse gorda
- evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
- estar deprimida, aletargada (con falta de energía) y sentir mucho frío
Una persona con bulimia
podría tener:
- sentirse muy infeliz con el volumen, la forma y el peso de su cuerpo
- inventar excusas para ir al baño inmediatamente después de las comidas
- comer solo alimentos dietéticos o con bajo contenido en grasas (salvo en los atracones)
- comprar de forma habitual laxantes, diuréticos o enemas
- pasar la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio o intentando quemar calorías
- evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
- temer ganar peso
¿ Qué es un desorden alimenticio?
1. ¿Qué es un desorden alimenticio?
Los desórdenes alimenticios son muy comunes en una cultura
obsesionada con la comida chatarra o rápida, dieta y la imagen corporal. La
insatisfacción con el cuerpo y las dietas usualmente llevan a conductas
alimenticias peligrosas y poco sanas. Algunas veces, estos patrones
alimenticios pueden convertirse en desórdenes de la alimentación.
Afortunadamente, actualmente ya hay más alerta acerca de este tipo de
enfermedades. ¡Los desórdenes alimenticios se pueden tratar y tú puedes obtener
ayuda!
Se puede ver cuando las actitudes de una persona hacia la
comida y el peso, son tales que los sentimientos hacia el trabajo, escuela,
relaciones, actividades diarias y emociones, son determinadas por lo que se ha
o no se ha comido o por un número en la báscula (Siegel, Brisman y Weinshal,
1988).
Además los podemos definir como enfermedades psiquiátricas
graves que ponen en riesgo la vida de la persona afectada o que esta en este
problema. Un trastorno de la alimentación se caracteriza por anomalías en los
hábitos alimenticios que pueden implicar tanto la ingesta de alimentos
insuficiente o excesiva en detrimento de la salud física y emocional de un
individuo.
Leer más en: http://www.monografias.com/trabajos10/deal/deal.shtml#ixzz4LTPkIR8Y
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